¿Sabe usted cuánto sería el costo del impacto que sufriría su establecimiento en caso de un brote causado por las ETA’s?

Según la FDA, una ETA es “una enfermedad transmitida a través de los alimentos, llamada frecuentemente intoxicación alimentaria, es una enfermedad que proviene de un alimento que usted ingiere”. Dichos alimentos pueden estar contaminados con bacterias, virus y/o parásitos, y pueden causar desde pequeños síntomas, como los vómitos, diarreas, fiebres, naúseas, hasta la muerte. Por lo tanto, es de suma importancia conocer y practicar el correcto manejo de los alimentos, para así poder evitar estas enfermedades.

En los últimos años, se han visto muchos casos de enfermedades transmitidas por los alimentos y según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en los Estados Unidos (CDC), de 48 millones de personas que se enferman, 128,000 son hospitalizadas y 3,000 mueren cada año, con esta cifra, ¿realmente usted sabe el impacto que le puede causar a su empresa, si una persona se intoxica al momento de ingerir uno de sus platillos?

Estas enfermedades producidas a los clientes traen muchas pérdidas, tanto económicas, al costar miles hasta millones de dólares, como pérdidas que no se pueden contabilizar, como lo son, pérdida de clientes y ventas, pérdida de la reputación, exposición negativa ante los medios de comunicación, bajón de ánimos de los empleados y ausentismo de los mismos, demandas y pagos por cuestiones legales, aumento de costo del seguro, volver a entrenar a los empleados y hasta la clausura del local. No sólo hay que velar los costos de la empresa, sino que también, las víctimas de estas enfermedades causadas por estos alimentos contaminados, pueden llegar a sufrir pérdida de empleos, costos médicos, discapacidad a largo término o la muerte.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el año 2015 indicó, que anualmente una de cada cuatro personas sufre un episodio de estas enfermedades transmitidas por los alimentos en América y los más vulnerables son los niños, las embarazadas, los inmunosuprimidos y los adultos mayores.

Por esto es importante, que todas las personas que tengan contacto con los alimentos, cumplan con unas Buenas Prácticas de Higiene.