La mayoría de las veces, el agua es utilizada en alguna etapa durante la producción de nuestros alimentos, ya sea para hidratar, limpiar, mezclar, disolver, o lo que se te ocurra. Sin embargo, en algunas ocasiones las plantas se olvidan de considerarla como una materia prima, y no la incluyen en su evaluación de riesgos. Pero, ¿qué peligros podríamos encontrar?
Los peligros radiológicos se definen, de manera sencilla, como la presencia indeseada de compuestos radioactivos en el ambiente. Evitar este tipo de contaminación no es fácil, debido a que algunos de estos compuestos están presentes de forma natural en nuestro entorno.
El concepto “One health” o “Una salud”, nace a principios del 2000 tras la necesidad de crear un enfoque que abarcara tres grandes áreas, la salud humana, animal y los distintos ecosistemas.
Los nuevos peligros biológicos que hemos debido afrontar han traído a la industria alimentaria grandes desafíos que debemos manejar, con el fin de reducir la probabilidad de incidencia en nuestras plantas. Increíblemente al analizar este nuevo peligro del SARS-CoV-2 nos hemos dado cuenta que su tratamiento nos devuelve a los cimientos de la industria alimentarías, estos son la correcta implementación y aplicación de las buenas prácticas de manipulación.
¿Seguro que ya pensaste en todo para implementar tu sistema Food Defense?, si tu respuesta es sí, es porque ya cuentas con un programa de seguridad informática y si no, te invito a entender un poco más de qué se trata.
Te encuentras en un avión y la azafata les dice que su vuelo tiene un 80% de probabilidad de no caerse ¿qué decisión tomarías?. Luego llegas a un kiosko y el vendedor te dice que ese cartón de juego tiene…
Las Buenas Prácticas de Manufactura para la industria de alimentos y bebidas procesados son reglamentadas por la legislación nacional, y tienen como objetivo principal el establecer las disposiciones generales sobre prácticas de higiene y de operación durante la industrialización de los productos alimenticios, a fin de garantizar la inocuidad y la calidad de los productos fabricados.
A menudo, en nuestras asesorías, observamos que los líderes de las industrias alimentarias perciben la Inocuidad como un centro de gastos, más que como una inversión.